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28 ―¡Tu fe es extraordinaria! —le dijo Jesús—. Conviértanse en realidad tus deseos.

Y su hija sanó en aquel mismo instante.

Jesús alimenta a los cuatro mil

29 Jesús regresó al lago de Galilea, subió a una colina y se sentó. 30 Y estuvo sanando a cojos, ciegos, mudos, lisiados y a muchos otros enfermos que la multitud le llevaba.

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